En un mundo donde los drones ya no son simples juguetes sino herramientas clave para industrias que van desde la agricultura hasta la seguridad nacional, la estandarización se vuelve urgente. Y es ahí donde entra la ISO 21384, una norma internacional que busca regular el uso responsable, seguro y ético de los sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS, por sus siglas en inglés).

Publicada por la Organización Internacional de Normalización (ISO), la ISO 21384-1 marca el inicio de un marco normativo global que establece requisitos generales para la operación de drones. Aunque puede sonar técnica, su aplicación tiene implicaciones directas para la seguridad aérea, la protección de datos, la ciberseguridad, y la formación de operadores.
La norma llega en un momento crítico. Según estimaciones de la industria, el uso comercial de drones crecerá más del 50% en los próximos cinco años. Desde inspecciones industriales hasta entregas automatizadas, pasando por operaciones de búsqueda y rescate, el espacio aéreo se está llenando rápidamente… y sin una regulación adecuada, el riesgo de accidentes o abusos tecnológicos también crece.
Lo que distingue a ISO 21384 es su enfoque holístico. No solo establece parámetros técnicos, sino que también exige que las organizaciones tengan sistemas de gestión, análisis de riesgos, protocolos de emergencia y medidas de protección de la privacidad. Todo esto convierte a la norma en una herramienta clave para profesionalizar el sector y armonizar estándares internacionales, más allá de las regulaciones locales.
¿Por qué es necesario?
Con un mercado de drones que superará los 45 mil millones de dólares para 2025, según Drone Industry Insights, los cielos comienzan a llenarse no solo de posibilidades, sino también de riesgos. Colisiones, fallos técnicos, vulneraciones de privacidad o uso indebido en zonas críticas son solo algunos de los peligros latentes.
En entrevista con este medio, Elena Córdoba, abogada especializada en regulación tecnológica y asesora en transporte aéreo no tripulado, comenta:
“ISO 21384 no sustituye la legislación local, pero sí la complementa y la enriquece. Es una herramienta que los gobiernos pueden adoptar o referenciar para estructurar políticas más robustas, sobre todo en países en desarrollo donde aún no existe normativa clara para drones.”
En campo: drones sin reglas claras
En países donde la legislación todavía está en pañales, como en partes de Centroamérica o el Caribe, los drones son operados muchas veces sin capacitación formal, sin seguros de responsabilidad civil, y en zonas pobladas sin planificación. Para el piloto certificado Luis Méndez, de una empresa de mapeo topográfico en Guatemala, esto representa un peligro creciente.
“Nos encontramos frecuentemente con operadores no autorizados que vuelan en áreas sensibles como hospitales o estaciones de energía. Si ocurriera un accidente, no hay a quién responsabilizar. ISO 21384 podría ayudarnos a exigir estándares más profesionales desde el principio”, comenta Méndez.
En Latinoamérica, el crecimiento del uso de drones es evidente, pero la regulación aún es fragmentaria. México, Brasil, Chile y Colombia han desarrollado marcos legales incipientes, aunque en muchos casos limitados a temas de altura, visibilidad o zonas restringidas.
En países como Japón, Alemania y Reino Unido, algunas entidades ya han comenzado a exigir la adhesión a la norma ISO 21384 como condición para otorgar permisos o certificaciones.
Una brújula para un futuro aéreo
En plena expansión del uso de aeronaves no tripuladas, la ISO 21384 se perfila como un instrumento clave para organizar el caos aéreo antes de que ocurra. En lugar de reaccionar ante incidentes, promueve una cultura de prevención, profesionalización y seguridad.
Aunque aún no es obligatoria, muchas organizaciones visionarias ya la están adoptando como parte de sus buenas prácticas internas. En un espacio aéreo cada vez más ocupado, establecer reglas claras no es solo deseable: es inevitable.

¿A quién aplica?
Aunque la norma es voluntaria, su implementación puede representar una ventaja competitiva para:
- Empresas que usan drones comercialmente (logística, inspección, agricultura)
- Organismos públicos que regulan o controlan el espacio aéreo
- Fabricantes de aeronaves no tripuladas
- Centros de formación de pilotos de drones
- Seguros que buscan estándares para evaluar riesgos
Un marco global que impulsa el desarrollo local
Lo que distingue a ISO 21384 es su enfoque integral. No solo establece parámetros técnicos, sino que también exige que las organizaciones tengan sistemas de gestión, análisis de riesgos, protocolos de emergencia y medidas de privacidad y ciberseguridad.
Aunque aún es poco conocida fuera de círculos técnicos, ISO 21384 podría convertirse en el nuevo estándar de oro para quienes buscan operar drones de manera seria y responsable. Para los gobiernos, representa una guía neutral y confiable; para las empresas, un sello de calidad ante sus clientes y socios; y para el público general, una garantía de que la revolución de los drones puede hacerse con los pies —y los drones— en la tierra.